lunes, 24 de octubre de 2011

Capítulo 4

La semana que Louis estuvo en casa se nos hizo cortísima a todos, incluso para él. Tenía el corazón dividido entre nosotros y sus ganas por empezar el concurso. Las cosas entre Monique y él estaban un tanto extrañas, podías verla a ella fingir una sonrisa delante de él y en cuando no estaban juntos ella parecía que no podía ni con su alma.


El día antes de que Louis se fuese intente hablar con ella:
 
-Eh Monique, ¿estás bien?
-¡Claro! ¿Por qué iba a estar mal?- y volvía a fingir esa sonrisa
-Monique… mira yo no soy Louis, no te conozco tanto ni tenemos tanta confianza, pero se que te pasa algo, no dejas de fingir una sonrisa cuando estas delante de él o ahora mismo cuando yo te he preguntado…
-No me apetece hablar de ello, Beth, no estoy preparada porque ni siquiera yo lo sé…- estaba a punto de empezar a llorar
-Bueno pues voy a estar aquí cuando lo necesites, ¿vale?
-Lo mismo digo- dijo abrazándome.
-Eso esperaba, voy a estar perdida y desorientada si la madura compañía de mi hermano- dije intentando hacerla reír.
- Sobretodo porque tu hermano es el ser más inmaduro del planeta- dijo riéndose
-Oh vamos! ¡SOY MADURO!- nos interrumpió de repente
-¿Cuánto tiempo llevas escuchando?- dije preocupada
- Desde que Monique me ha llamado inmaduro…- dijo mirándola mal
- Louis, me llamas Moon y te autonombraste Sweety Boy… no es muy maduro a tus 18 años sigas hablando igual que cuando tenías 10
-Puedo ser tan maduro como quiera, pero prefiero ser así de “inmaduro” como tu me has llamado y alegraros la vida con mis sonrisas

Esa conversación empezaba a ser solo entre ellos dos, por lo que disimuladamente salí de allí, pero me quede lo suficientemente cerca de la puerta como para oírles.

-¿Qué vas a hacer sin ellas todo este tiempo eh?- le preguntó Louis cuando dejaron de reírse
-Oh! No eres tan importante- dijo haciéndose  la dura
- Monique, enserio… el que no sabe que va a hacer sin ti soy yo
-Louis…- estaba conteniendo las lágrimas, lo noté por su voz.

No hablaron más, solo se escuchaba el llanto de Monique, me asomé por la puerta y pude verles abrazándose.

-Prométeme que pase lo que pase ahí dentro no te olvidaras de mi- dijo Monique
- Te prometo que jamás me olvidaré de ti.
-¿Ni aunque aparezca una chica preciosa y más simpática que yo?
-Jamás existirá alguien así, que consiga que dejes de ser importante para mí
-Más te vale Sweety, más te vale…

Y llegó el día de la despedida, con llantos, y mas promesas, y un sueño que estaba a punto de cumplirse…

No hay comentarios:

Publicar un comentario